La III Edición Festival La Flor del Actor se realiza del 10 al 15 de octubre de 2022 en la ciudad de Bogotá para destaca la figura de Actores y Actrices con más de 35 años de trayectoria creativa e incidencia pedagógica en el panorama escénico mundial, otorgándoles el premio de vida y obra La Flor del Actor. Consideramos que los hombres y las mujeres que con profundas raíces de renovación y resistencia han permanecido sobre el escenario y en los espacios formativos durante tres, cuatro o cinco décadas de sus vidas, son hoy día los actores y las actrices que han trasladado en sus cuerpos el legado escénico del siglo XX hasta el presente siglo.
Zeami, actor- maestro y dramaturgo japonés de Teatro Noh de los siglos XIV y XV, nos inspira para dar nombre al festival y al premio La Flor del Actor. Zeami estableció metáforas entre las edades del actor, las flores y las estaciones. Las flores son efímeras porque aparecen al inicio de cada estación y desaparecen al final, pero retornan cada año. Las edades humanas no retornan, pero el carisma o espiritualidad que despliega un actor en escena permanece durante toda su vida como una flor verdadera, capaz de transmitir una fragancia personal y única en el “delicado y conmovedor instante en que brota desde el interior del corazón, el encanto sutil de una emoción en escena”. La flor, si es verdadera, trascenderá a la belleza física y a la destreza técnica. Si se cultiva desde la juventud hasta la madurez, retornara como las flores de las estaciones en todas las edades del actor y la actriz, a través del ejercicio creativo constante y la transmisión del oficio.
El Festival también se interesa en la identificación de las huellas escénicas que pasan entre generaciones. Memorias y herencias que van dibujando una especie de “mapa fragmentado” del inconsciente teatral. No es tarea fácil porque a menudo el teatro navega por ríos que han sido fracturados por fenómenos sociales y políticos acontecidos en diversas épocas y países, como las interminables guerras, las dictaduras, la represión, los exilios, la migración masiva, el desplazamiento y otros hechos que han marcado los destinos de la vida personal y artística de los actores y las actrices de teatro.
¿Cuáles son las herencias escénicas de los últimos 50 años? ¿Quienes las han transmitido con sus cuerpos? ¿De dónde procede el inconsciente escénico del siglo XXI? ¿Desde cuándo hacemos “teatro contemporáneo”? El festival La Flor del Actor nace a la luz de estas preguntas y bajo la sombra de sus respuestas.