Esta icónica obra de Shakespeare, adaptada inicialmente a la poesía popular chilena, y ahora transportada al altiplano cundiboyacense y festivo de Colombia, es una fiesta y una celebración al amor, la rima, la imaginación, la poesía, la música, la tradición y, sobre todo, al maravilloso mundo mágico que albergan los sueños. Es una obra de teatro en verso con música en vivo, llena de color y diversión, que, entre carrangas, pasillos, joropos y guabinas, y entre duendes y hadas, invita al espectador a hacer parte de la fantástica historia que relata. Después de todo, “¿¡Por qué no soñamos, si soñar no cuesta nada!?”.