María Té es una obra que lleva a la escena una historia inspirada en hechos de la vida real sucedidos en el seno familiar de la narradora. La historia se propone cuestionar los distintos preceptos y exigencias que en aquella época se imponían a las mujeres, muchos de los cuales siguen vigentes, aunque están siendo combatidos por las voces de nuestro tiempo. Para lograrlo, la historia muestra cómo la presión social y religiosa moldean y castigan el comportamiento femenino, al tiempo que hace reflexionar sobre cómo el poder de decidir por sí mismas puede mejorar la calidad de vida individual y crear una fuerza colectiva capaz de hacer avanzar a otras mujeres.
Se trata de un relato con enfoque de género que expone el cambio reflejado en el futuro de las mujeres de toda una familia, por la decisión y determinación de una campesina que creía fielmente en sí misma y que dejó a un lado las imposiciones sociales y familiares para vivir por y para ella, engendrando así un legado de libertad.
En su novedosa propuesta de narración oral contemporánea con fines recreativos, artísticos, culturales y pedagógicos, el actor-narrador Carlos Pachón Rodríguez da vida al personaje Gilimón Solonilla con el propósito de recrear en tono jocoso historias, anécdotas y vivencias recuperadas de la cotidianidad de la gran urbe.
“Mi hermano el do’tor”, “El bailarín” y “El loco Jeremías” son algunos de los relatos que conforman este espectáculo, cuyo hilo conductor es la vida de un ingenuo campesino que emigra a la ciudad. Los hechos descritos en primera persona incentivan reflexiones sobre el arraigado machismo, el desplazamiento, la corrupción, la desnaturalización de los valores, el resquebrajamiento de la unidad familiar, la pérdida de identidad, la drogadicción, la violencia barrial y casos como el de los falsos positivos. En suma, múltiples formas de violencia que fomentan liderazgos nocivos entre las nuevas generaciones.
Se trata de una propuesta minimalista que amalgama de manera directa y eficiente la narración oral con la comunicación social y el arte escénico. El resultado es un espectáculo de aproximadamente una hora, dirigido a jóvenes y adultos, en el que la imaginación del espectador-oyente es la invitada de honor.
Una mujer de mediana edad camina a altas horas de la noche desde el edificio de oficinas donde trabaja hasta el paradero donde todas las noches espera el bus. La narración usa ese recorrido para profundizar en su vida, hurgar en su memoria y conocer sus traumas, frustraciones y complejos.
A menos de dos cuadras la espera un grupo de personajes de dudosa procedencia que cambiará para siempre el sentido de su existencia.